Las millas de viajero
frecuente de mi mamá me
dieron la oportunidad de pasar cuatro días
hace una semana con mis padres en el estado de Michigan en los
Estados Unidos...¡recordando!
Debido a la jubilación
de mi papá, que se
aproxima este otoño, ya
era hora de ir a esculcar mis cosas que estaban guardadas en su casa
de ellos desde que me fui a la universidad, desde que me casé,
desde que nos mudamos a México...¡y
decidir qué hacer con
todo eso!
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Mi mama y yo checando papeles, papeles y mas papeles! |
Así
que, ¡mi Mamá
yo yo nos encontramos hasta las rodillas riéndonos
en un mar de recuerdos! Además
de checar caja tras caja de papeles, manualidades de la Escuelita
Bíblica de Vacaciones y
diarios, pasé el fin de
semana reviviendo algunas de las actividades que más
apreciaba de chiquita: andando en bici con cada uno de mis papás,
caminando en un parque local, comiendo pizza el sábado
por la tarde, durmiendo en mi cuarto, (¡Mi
mamá hasta sacó
el mismo cobertor de muñeca
que tuve de niña!),
viendo las noticias de la tarde, caminando en el campo atrás
de la casa, tocando el piano junto con mi mamá
y yendo a la iglesia. Cuando mi Papá
se jubila este otoño mis
papás se mudarán
hacia el sur para pasar una parte del año
con mi hermano y su familia en Florida y la otra parte del año
con nosotros aquí en
México. Así
que, el fin de semana sirvió
no solamente para organizar mis cosas pero para recordar y revivir
momentos especiales en el único
hogar que conocí de
pequeña.
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Mi toga de la graduacion de la universidad. |
Los historiadores nos
dicen que nos sirve bien recordar y, después
de este fin de semana, ¡estoy
totalmente de acuerdo! Al recordar, y revivir, los momentos que me
proveyeron con la estabilidad y fundamento que necesitaba como niña,
para luego poder estirar mis alas y volar en obediencia a Dios como
adulta, se renovó la
visión que tengo para el
hogar que anhelo proveer para nuestros hijos, especialmente tomando
en cuenta el hecho de que la mayoría
de ellos tenían todo
menos estabilidad antes de formar parte de nuestra familia. He
regresado a México con
nueva energía para
mantenerme firme con actividades que apoyan la estabilidad familiar
como: hacer que los niños
tiendan sus camas todos los días,
devocionales diarias, celebraciones sencillas de cumpleaños,
escuchar bien, bendiciones de buenas noches y besos de buenos días,
comidas compartidas, y tomar tiempo para jugar juntos, entre otras
cosas.
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Mi mama y yo en una caminata. |
En segundo lugar, al
bucear en las cajas de documentos conmemorando mi nacimiento, pasando
por mis a
ños de primario,
secundaria, preparatoria, y la universidad, hasta nuestro casamiento
y luego el nacimiento de Jos
ías,
incluyendo mi primera conferencia de autores jovenes a los 6 a
ños,
las fotos y mi diario del evento juvenil “Creaci
ón
1989” donde di mi vida a Cristo, recuerdos de mi primer viaje a
M
éxico a los 16 a
ños
y cartas de compa
ñeras de
clase de cuando nos prepar
ábamos
para graduarnos de la prepa, me di cuenta de que hab
ía
recibido una gran bendici
ón
de parte de Dios en que mis padres, desde muy chica, me dieron la
libertad de ser la persona que Dios me hab
ía
creado para ser, y que esa ni
ña
rubia de 6 a
ños no se ve
muy diferente que esta mujer de 38 a
ños,
no tomando en cuenta los cambios normales que ocurren con la madurez
f
ísica, espiritual y
emocional. Al ver la evidencia f
ísica
de esta continuidad e integridad me consol
ó
grandemente y me anim
ó a
seguir siendo mi misma (
¡Qu
é
idea tan impactante!) y seguir persiguiendo las cosas que siempre he
amado, que fui creada para amar, y las
áreas
en que Dios me ha dotado con habilidad: escribir, ser mam
á,
ver la vida de manera positiva, tocar el piano y violin y
¡seguir
sonriendo!
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Mi papa y yo andando en bici. |
A
ún
Jes
ús les dijo a sus
disc
ípulos que “hicieran
eso en memoria de mi”, mand
ándolos
a participar en una actividad, la Cena del Se
ñor,
para poder recordar todo lo que
Él
hab
ía hecho y sido aqu
í
en la tierra, no por el mero hecho de recordar, pero para que
esos recuerdos pudieran ser un punto de lanzamiento para impulsar a
los disc
ípulos a todo lo
que El les hab
ía
preparado para ser y hacer.
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Yo en mi viejo cuarto...mi mama hasta puso el mismo cobertor de hace 30 anos para hacerme sentir en casa! |
Los recuerdos no son
para atascarnos en un pasado lodoso y fongoso. Al contrario, sirven
para lanzarnos a ser todo lo que Dios quiere que seamos. Yo sí
me divertí con mis papás
visitando todos los recuerdos que Dios ha sembrado en mi vida.
Ahora, ¡a seguir
trabajando para la cosecha!
Gloria a Dios!!! Por esos que han formado a la mujer que ha bendecido a muchas vidas incluyendo la mia
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