Tuesday, June 3, 2014

Recordando

Las millas de viajero frecuente de mi mamá me dieron la oportunidad de pasar cuatro días hace una semana con mis padres en el estado de Michigan en los Estados Unidos...¡recordando! Debido a la jubilación de mi papá, que se aproxima este otoño, ya era hora de ir a esculcar mis cosas que estaban guardadas en su casa de ellos desde que me fui a la universidad, desde que me casé, desde que nos mudamos a México...¡y decidir qué hacer con todo eso!

Mi mama y yo checando papeles, papeles y mas papeles!
Así que, ¡mi Mamá yo yo nos encontramos hasta las rodillas riéndonos en un mar de recuerdos! Además de checar caja tras caja de papeles, manualidades de la Escuelita Bíblica de Vacaciones y diarios, pasé el fin de semana reviviendo algunas de las actividades que más apreciaba de chiquita: andando en bici con cada uno de mis papás, caminando en un parque local, comiendo pizza el sábado por la tarde, durmiendo en mi cuarto, (¡Mi mamá hasta sacó el mismo cobertor de muñeca que tuve de niña!), viendo las noticias de la tarde, caminando en el campo atrás de la casa, tocando el piano junto con mi mamá y yendo a la iglesia. Cuando mi Papá se jubila este otoño mis papás se mudarán hacia el sur para pasar una parte del año con mi hermano y su familia en Florida y la otra parte del año con nosotros aquí en México. Así que, el fin de semana sirvió no solamente para organizar mis cosas pero para recordar y revivir momentos especiales en el único hogar que conocí de pequeña.

Mi toga de la graduacion de la universidad.
Los historiadores nos dicen que nos sirve bien recordar y, después de este fin de semana, ¡estoy totalmente de acuerdo! Al recordar, y revivir, los momentos que me proveyeron con la estabilidad y fundamento que necesitaba como niña, para luego poder estirar mis alas y volar en obediencia a Dios como adulta, se renovó la visión que tengo para el hogar que anhelo proveer para nuestros hijos, especialmente tomando en cuenta el hecho de que la mayoría de ellos tenían todo menos estabilidad antes de formar parte de nuestra familia. He regresado a México con nueva energía para mantenerme firme con actividades que apoyan la estabilidad familiar como: hacer que los niños tiendan sus camas todos los días, devocionales diarias, celebraciones sencillas de cumpleaños, escuchar bien, bendiciones de buenas noches y besos de buenos días, comidas compartidas, y tomar tiempo para jugar juntos, entre otras cosas.   

Mi mama y yo en una caminata.
 En segundo lugar, al bucear en las cajas de documentos conmemorando mi nacimiento, pasando por mis años de primario, secundaria, preparatoria, y la universidad, hasta nuestro casamiento y luego el nacimiento de Josías, incluyendo mi primera conferencia de autores jovenes a los 6 años, las fotos y mi diario del evento juvenil “Creación 1989” donde di mi vida a Cristo, recuerdos de mi primer viaje a México a los 16 años y cartas de compañeras de clase de cuando nos preparábamos para graduarnos de la prepa, me di cuenta de que había recibido una gran bendición de parte de Dios en que mis padres, desde muy chica, me dieron la libertad de ser la persona que Dios me había creado para ser, y que esa niña rubia de 6 años no se ve muy diferente que esta mujer de 38 años, no tomando en cuenta los cambios normales que ocurren con la madurez física, espiritual y emocional. Al ver la evidencia física de esta continuidad e integridad me consoló grandemente y me animó a seguir siendo mi misma (¡Qué idea tan impactante!) y seguir persiguiendo las cosas que siempre he amado, que fui creada para amar, y las áreas en que Dios me ha dotado con habilidad: escribir, ser mamá, ver la vida de manera positiva, tocar el piano y violin y ¡seguir sonriendo!

Mi papa y yo andando en bici.
Aún Jesús les dijo a sus discípulos que “hicieran eso en memoria de mi”, mandándolos a participar en una actividad, la Cena del Señor, para poder recordar todo lo que Él había hecho y sido aquí en la tierra, no por el mero hecho de recordar, pero para que esos recuerdos pudieran ser un punto de lanzamiento para impulsar a los discípulos a todo lo que El les había preparado para ser y hacer.

Yo en mi viejo cuarto...mi mama hasta puso el mismo cobertor de hace 30 anos para hacerme sentir en casa!

Los recuerdos no son para atascarnos en un pasado lodoso y fongoso. Al contrario, sirven para lanzarnos a ser todo lo que Dios quiere que seamos. Yo sí me divertí con mis papás visitando todos los recuerdos que Dios ha sembrado en mi vida. Ahora, ¡a seguir trabajando para la cosecha!

1 comment:

  1. Gloria a Dios!!! Por esos que han formado a la mujer que ha bendecido a muchas vidas incluyendo la mia

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