Wednesday, July 30, 2014

Quiero Ser Como Papá

Empecé a escribir este blog el 7 de agosto, 2013, dos días antes de que Danny fuera hospitalizado para su operación de corazón el año pasado. Obviamente, durante su mes de estancia en cuidados intensivos en el hospital, no terminé de trabajar en el blog ni publicarlo, ya que toda nuestra atención estaba puesta en nuestra siguiente visita con Danny y en los reportes de los doctores....¡y en esperar, orar y luchar por traer a Danny a casa! El blog allí quedaba, esperando sus últimos retoques y su revisión final cuando Danny falleció el 8 de septiembre del 2013. El próximo martes, 8 de julio, celebraremos su aniversario de 10 meses de su muerte y, hoy, finalmente tuve el valor de terminar este blog. Las lágrimas fluyeron, varias veces, pero le doy gracias a Dios y alabo a Jesús por los cuatro años que compartimos con Danny, ¡por el amor dado y el amor recibido, por las lecciones impartidas y las lecciones aprendidas!
Me asomé por la apertura de la puerta para espiar mientras Ana y Danny jugaban en su recámara de él. La panorama con que me topé me tocó el coran y maravilló mi mente. Danny se encontraba acostado de espaldas en el piso, abajo de su triciclo, la gorra amarilla y plástica de construcción firmemente puesta sobre su cabeza, herramienta en mano y una mirada muy seria de mecánico en su rostro. Ana se sentaba pacientemente a su lado, con la caja de herramientas a mano, esperando la siguiente petición del 'jefe' Daniel. Él me miró y respondió inmediatamente a las preguntas que vio en mi rostro: “Estoy reparando mi bicicleta como hace Papá.” Danny estaba recostado de la mismita manera que hace Victor cuando trabaja en nuestros vehículos y, ya que el triciclo es la forma de transporte preferida de Danny, él simplemente se encontraba mantentiéndolo en buenas condiciones y ¡listo para andar!

Mecanico Danny con su asistente, Ana.



Un par de días después era hora de bañarse. Sintiéndome relajada y con un poco de tiempo de sobra, eché una cantidad generosa de champú en el agua, lo cual hizo muy feliz a David y a Danny.
Hora de bano de burbujas!

Saqué el espejo largo y dos palitas de madera, estilo paleta, y anuncié que les iba a enseñar a razurarse. ¡Deberían de haber visto sus caras! Mamá, ¿enseñándoles a razurar? ¡Papá hace eso! Llené sus cachetitos y barbillas con burbujas y les enseñé cómo usar las palitas como si fueran rastrillos...¡y bien que entendieron y se pusieron a razurar!



Estas dos situaciones me hicieron reflexionar acerca de querer ser como Papá. Fue muy claro lo mucho que Danny deseaba ser como su Papá. (¡Gracias a Dios que Danny tiene un Papá a quién querer imitar!) ¡Y mi hizo pensar en cuánto quiero ser como mi Padre! ¡Mi Padre Celestial!
¿Anhelo yo imitarlo a mi Padre como Danny anhelaba imitar a su Papá? ¿Mi deseo de imitar a mi Padre Celestial es un fuente de gozo para mi? La imitación de Danny de su Papá es un juego para él: es divertido, lo disfruta. ¿Es posible que mis esfuerzos de imitar a mi Padre Celestial hayan llegado a ser una carga, algo religioso, algo frío y robótico o podría ser que el querer ser como mi Padre podría ser tan divertido y libre como el juego de un niño? Él nos dijo que para heredar el reino teníamos que ser como niños.
De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” Lucas 18:17
Si te diste cuenta en el video, David no imitó a Victor, (¡Victor no se razura los brazos!) pero sí imitó a Danny. Hay un momento en que David voltea y mira a Danny y luego procede a copiarlo mientras aprende el arte fino de enjuagar su “rastrillo”. (Bueno, ¡eso fue después de la mitad del video durante el cual David se la pasó buscando su “rastrillo” que había dejado caer entre el abismo de burbujas!) La cosa es así: a veces Jesús parece estar demasiado lejos como para imitarlo, así que necesitamos a otros a quienes podemos ver...nuestros padres terrenales, líderes espirituales, amigos, personas quien pueden reflejar a Cristo para nosotros hasta que lo podamos ver a Él por nosotros mismos. Como lo que le dijo Pablo a los nuevos creyentes en Corinto:
Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. “ I Corintios 11:1
La imitación de Danny fue tan imperfecto, pero nos dio a Victor y a mi tanto gozo. ¿Cristo realmente busca la perfección (la falta de errores) en nosotros? ¡No! Cristo nos llama a la santificación y que seamos completos en Él, pero no para poder ganar su aprobación ni su aprecio ni para ser un deleite para Él. ¡Eso ya lo somos!
Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo” Salmos 149:4
“Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.” Salmos 18:19
¿Es posible que Dios sonríe desde su trono al observar nuestros esfuerzos tan simples e infantiles de ser como Él y que realmente no le importa lo imperfecto que sean estos esfuerzos, pero que nazcan de un corazón que desea ser como Él? ¿Podría ser que Dios nos sonríe al igual que Victor y yo nos sonreímos al ver los esfuerzos de Danny de ser como su Papá? ¿Podría ser que no son tanto nuestras acciones que caen tan cortos de la perfección, pero el corazón tras estas acciones lo que realmente importa?
O, ¡el ser como mi Padre Celestial!
Por todo lo que esperamos, oramos y anhelamos que Danny viniera a casa....¡Danny sí fue a casa! ¡Al estar con su perfecto Padre Celestial! Ese Padre que lo ha amado desde antes de su concepción y que lo amará para toda la eternidad! ¡Gracias, Danny, por ser un hijo tan especial que deseaba ser como su Papá y quien me recordó cuánto yo quiero ser como mi Padre, también! Saluda a Jesús de nuestra parte (o, Señor, saluda a Danny de nuestra parte)...¡abrazos y besos, amorcito, y nos veremos en el tiempo perfecto del Señor!