Bienvenida a nuestra escritora
invitada....¡Sydney Butikofer de
Iowa! Sydney, una alumna universitaria, fue una de los voluntarios
de los Estados Unidos que apoyó
en la Campaña Médica
Misionera y Evangelística (CMME)
a Catemaco, Veracruz durante la primera semana de junio. Siempre es
refrescante escuchar de una “primeriza” acerca de su experiencia
en México con Pescadores de
Hombres. Creo que recibirás
ánimo y aún,
si Dios lo permite, serás retado
a seguir en los pasos de Jesús,
¡como hizo Sydney!
Tuve una experiencia increíble
que ha cambiado mi vida sirviendo en México
como parte del equipo de la caravana médica,
ya que fue la primera vez que había
salido de mi país, además
de trabajar en un equipo así.
Fuimos a Catemaco, Veracruz, una ciudad conocida por su brujería
en México. Nuestro equipo
incluía doctores generales,
dentistas, enfermeras, evangelistas y un cirujano. Yo tuve la
oportunidad de apoyar al cirujano. Hasta nos proporcionaron nuestro
propio quirófano...¡fue
bien padre!
Cada mañana
empezábamos el día
con un tiempo de alabanza, después
del cual había
un devocional y luego el desayuno. Después
del desayuno, cada quien iba a su área
de trabajo. Yo, junto con otras dos muchachas de la universidad,
apoyamos al Dr. Karkow con las cirugías
que él llevó
acabo. Quitamos muchos lunares y quistes de la piel, además
de hacer otras cirugías menores
de la piel. Una vez que acabábamos
de trabajar cada día,
regresábamos a la iglesia para
pasar un rato con las personas allí.
Me encantó pasar tiempo con los
niños (aunque a ellos les gustaba
mucho burlarse del poco español
que hablo).
Durante nuestro tiempo allí,
más de 1,100 servicios médicos
fueron dados a la gente. Todas las personas atendidas luego pasaron
un tiempo con un miembro del equipo quien les compartía
el mensaje del Evangelio. Aún
con la gran presencia de la brujería,
Dios obró en los corazones de la
gente, ya que más de 250 personas
aceptaron a Cristo, incluyendo algunos brujos. Fue muy impresionante
para mi ver lo agradecido que estaban las personas, ya que la mayoría
de ellos nunca habían recibido
este tipo de tratamiento médico
antes.
Mi historia favorita fue de una niña
quien, después de cirugía,
le dijo al Dr. Karkow que él era
lo mejor. Prontamente el doctor respondió:
“Yo soy simplemente un pecador. Es Dios quien es lo mejor.”
¡Eso es tan cierto! Dios
realmente usó este viaje, otras
personas en la caravana y la gente de Catemaco para abrir mi corazón
al mundo entero de Su gente.
Abajo he incluido varias fotos.
Nuestro equipo quirúrgico:
yo (Sydney), Devin, Dr. Karkow, Katie, y nuestra traductora
increíble, Diana.
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Katie, Devin y yo pasando tiempo con
algunos de los niños de Catemaco.
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