Saturday, August 29, 2015

Timbres, Buzones y Fuentes de Agua

Este junio pasado tuve la experiencia única de viajar a los Estados Unidos dos veces en un mes. Las fechas y compromisos se dieron de tal manera que, después de más de un año de no visitar a los Estados Unidos, hice un viaje personal y un viaje ministerial una semana tras otra.

Esas experiencias, una tras otra, y las actividades en que participé, la gente con quien conviví y la cantidad de tiempo que pasé en los Estados Unidos, me llevaron a experimentar sentimientos interesantes, retos, bendiciones y lecciones.

Para el primer viaje, un viaje personal a Florida, nuestros tres hijos biológicos me acompañaron, lo cual fue la primera vez que había viajado solamente con los tres de ellos. El estatus legal de los demás de nuestros hijos no les permite viajar fuera de México y, al no querer enfatizar esa diferencia, nunca había hecho un viaje así antes. El tiempo y las circunstancias, la paz del Señor y su provisión, dieron la oportunidad de visitar a mis padres en su nuevo hogar de su jubilación cerca de la casa de mi hermano en Florida.  Fue un gran gozo conocer la casa nueva de Grandpa y Grandma (mis papás), visitar a Tío Dan y Tía Teri y los primos, además de compartir experiencias nuevas con Josías, Caleb y Ruth; pero, junto con el gozo que sentía esperando nuestro avión en el aeropuerto de la Ciudad de México, mi corazón se rompía al no poder tener la oportunidad de experimentar esas mismas cosas con TODOS mis hijos! Añoro el cielo...¡donde no habrá fronteras, pasaportes, visas ni guarda custodias!

Aunque mis papás viven muy cerca de Disneylandia, no hubo necesidad de visitar ese lugar, ¡ya que el timbre de la puerta, el buzón de correo y el fuente de agua proveyeron más que suficiente entretenimiento!

Verán que varios de esos aparatos, aunque pueden existir en áreas urbanos de México, ¡no se usan donde vivimos nosotros! ¿Timbres para la puerta? Debido a la clima cálida, nuestras puertas se quedan abiertas casi todo el día. Ya que vivimos arriba de un cerro, podemos ver, y escuchar, a los visitas ¡mucho antes de que ellos aún pueden ver la casa! Además, ¡tenemos dos perros San Bernardo que sirven de dos timbrotes!

Por lo tanto, ¡Caleb se fascinó con el timbre de la puerta de la casa de Grandpa y Grandma! Cada vez, de verás, cada vez que él salía de la casa, tocaba el timbre antes de entrar. Incluso, ¡llegaba a salir de la puerta sólo para tocar el timbre y volverse a meter a la casa! Eventualmente, cuando mi mamá y yo llegamos a escuchar el timbre nos mirábamos riendo y decíamos, “¡Es Caleb!”

Caleb en frente de la casa de Grandpa y Grandma...¡listo para tocar el timbre!
¿El buzón de correo? Nuestro cartero llega directamente a nuestra casa, en moto, y solo cuando tenemos correo...¡lo cual ocurre casi solamente una vez al mes cuando llega la cuenta del telefono! ¡A Ruth le encantaba el buzón de correo! La mayoría de los días salíamos a algún lado...a un parque, al zoológico, a la tienda, pero, en cuánto regresábamos a la casa, ¡Ruth iba directito al buzón de correo!  ¡Se emocionó mucho cuando Grandma le pidió poner una carta en el buzón y alzar la banderita roja para avisarle al cartero de que habia carta!


Josías andando en bici en frente de la casa de mis papás y....¡veo un buzón de correo!

¿Fuentes de agua para tomar? Estos definitivamente no existen en México, ya que el agua no es seguro para tomar. Así que, donde quiera que andemos en México tenemos que llevar botellas de agua. Con una familia grande, ¡son muchas botellas de agua! A Josías le encantó que no teníamos que llevar botellas de agua con nosotros, ya que habría un fuente adondequiera que íbamos...en la tienda, en el parque, en el zoológico, en la iglesia, en la biblioteca...¡y gratis!  Todos sabíamos que dondequiera que íbamos, Josías encontraría el fuente de agua...¡y lo probaría!

¡Hora del fuente!

Mi corazón dolía con un cierto melancolía, un cierto deseo, una cierta tristeza, y, a la vez, una cierta diversión y gozo al ver a algunos de mis hijos estar encantados con timbres, buzones y fuentes...¡tres artículos que formaron una parte normal de mi crecimiento que realmente nunca había considerado!

Estos tres artículos llegaron a ser símbolos para mi de lo “dejado atrás” como resultado de haber obedecido el llamado de Dios sobre mi vida para venir a México. Como madre, parte de criar a nuestros hijos es compartir cosas con ellos que formaban parte de la vida de uno como niña y jovencita. Al ver la fascinación de mis hijos con timbres, buzones y fuentes, me forzó a enfrentar la realidad de qué tan diferentes son sus vidas comparada con la mía a su edad. Para empezar...¡ellos hablan dos idiomas y les encanta el picante...dos cosas que yo no sabía que existían hasta tener 16 años!

Nunca jamás consideraría no seguir la voluntad de Dios ni sus propósitos para mi vida, ni lamentar haberlo hecho, sólo por poder tener un timbre, un buzón y algunos fuentes de agua. No obstante, estas cositas causaron algo de nostalgia en mi corazón...¡y ni se diga el verlos a los niños dar vueltas a la cuadra en bicicleta!

¿Me pregunto si Jesús alguna vez sintió nostalgia? Habría habido algo en la tierra que lo recordara de las calles de oro, o de las voces de los ángeles o del vivir entre el cosmos...¿que Él mismo creó? ¿Jesús en algún momento habrá extrañado el trono y la presencia inmediata de su Padre? ¿Se habrá cansado de los pies empolvados o de su panzita que gruñía y requería alimento varias veces al día, en vez de su condición celestial de auto-sustentabilidad?

No lo sé. Pero, creo que puedo llegar a la conclusión de que si hemos de obedecer los propósitos del único Dios Todopoderoso, si deseamos ser usados como Su luz para brillar en la oscuridad de otros, si esperamos vivir una vida que impacte más allá de nuestros años en esta planeta, entonces tendremos que dejar a un lado los timbres, los buzones y los fuentes....y hasta los calles de oro y los coros angelicales.

¿Jesús te está llamando para dejar tus timbres, buzones y fuentes?  

"La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús,
quien, siendo por naturaleza Dios,    
no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 
Por el contrario, se rebajó voluntariamente, 
tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos.  
Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo 
y se hizo obediente hasta la muerte,       
 ¡y muerte de cruz!"
Filipenses 2:5-8



  

Monday, August 3, 2015

El Comienzo de Algo Más Grande

¡Qué gozo es tener otra autora invitada en el blog esta semana! ¡Mi corazón canta al ver los que el Señor ha llamado a México obedecer ese llamado y luego compartir sus obras maravillosas con otros! El blog de hoy tocó mi corazón de manera especial ya que la historia de Joanna me recuerda mucho de mi propia jornada en cuanto al llamado de Dios sobre mi vida hacia México. ¡Qué recompensa y qué enriquecimiento ver la siguiente generación (no siento con suficiente edad para decir eso) de los que el Señor está levantando para Su servicio alrededor del mundo! Ahora, que disfruten leer más acerca de la jornada de fe de Joanna! - Julie Zaragoza

Apenas puedo recordar la primera vez que conocí a Victor y Julie Zaragoza porque era tan chiquita. Los conocí en una pequeña iglesia en el campo, la Iglesia Cristiana Shiloh. Cuando primero los conocí solo tenían a un hijo, Josías. No recuerdo de qué predicó Victor. Me supongo que estaban en la iglesia de mi familia para compartir acerca de su llamado y su sueño para el ministerio. ¡Yo recuerdo haber pensado que Victor hablaba muy rápido y que el hecho de que Julie pudiera hablar dos idiomas era absolutamente increible!

Cuando yo estaba en el segundo año de primaria, en el mes de febrero, mis padres fueron con un grupo de nuestra iglesia para ayudarles a Julie y a Victor a construir una casa donde pudieran adoptar a mas hijos. Mis padres tomaron la decisión de dejarme a mi y a mi hermano mayor en los Estados Unidos durante el viaje, pensando que éramos muy chicos para llevar en un viaje misionero que se iba a concentrar en trabajos de construcción. No obstante, ya de regreso del viaje, mi mamá le dijo a mi papá que para la siguiente vez que regresaran a México, necesitaban llevarme a mi y a mi hermano.

Hasta que estuve en el cuarto grado de la primaria, a los 10 años de edad, hice mi primer viaje a México. Los vuelos se atrasaron y no llegamos al Rancho hasta el día siguiente, cuando vi por primera vez la casa de un solo piso que mis papás habían ayudado a construir en su viaje. En aquel entonces, la casa solo tenía 2 recámaras y los Zaragoza tenían seis hijos (creo). Esa semana lo pasamos paleando arena en cubetas para usar en el trompo al hacer la mezcla para la cimentación del edificio que no formaba parte de la escuela. Durante la semana, me enamoré de la gente del Rancho.

Después de ese viaje, mi familia decidió que Dios nos estaba llamando a México para vivir allí de manera más permanente. (Hay mucho más acerca de esa historia, pero ya me estoy alargando.)

Mi familia hizo un viaje más a Rancho el Refugio durante el verano después de mi sexto año de primaria, cuando yo tenía 12 años. En ese viaje, que también fue con un grupo de nuestra iglesia, ayudamos a construir un muro de retención para que la tierra no se deslavara debajo de la cimentación que habíamos construido dos años anterior. Esta vez, los Zaragoza tenían 11 hijos, una casa de dos pisos y la cimentación que habíamos colado ahora tenía el edificio de la escuela encima.

Cuando tenía 13 años, mis padres vendieron nuestra casa e hicimos el largo viaje a Rancho el Refugio. Allí quedamos 2 años. Durante ese tiempo, fui a mi primera caravana (Campaña Médica Misionera y Evangelística-CMME). Me enamoré de la familia Zaragoza, el país, el idioma, la cultura y la gente allí. Miré con asombro mientras Dios permitió a la familia Zaragoza crecer desde 12 a 18 hijos en ese corto tiempo.

Ahora, tres años y medio después, estoy de vuelta en México. Ya tengo 19 años. Durante la última semana y media, mientras he estado en México, Dios ha estado moviendo en mi corazón y confirmando lo que he sabido desde muy chica. Soy llamada a la obra misionera al sur de la frontera de los Estados Unidos de América. Aunque lo haya ignorado durante algunos años de mi vida, es abundantemente claro, y ya no puedo negar, que si habré de seguir a Jesús, significará vivir en un país que no es mío.

Durante este viaje mas recién, asisití a una caravana (CMME) donde pude trabajar con la Dra. Ely, una ginecóloga. Vi a enfermeras alumnas poner suero y aprendí mucho acerca del lado físico/médico de las caravanas. Mientras estuvimos de caravana, Victor predicó acerca de ser llamado por Dios. Dios me demostró su misericordia y perdón cuando me di cuenta de que casi se me había olvidado cómo se escuchaba Su voz. Dios me dio la vuelta y me apuntó en la dirección correcta sobre Su camino.

Fotos del tiempo de Joanna en México:


Esto es Joanna (del lado izquierdo) con Jamie Musselman, una de sus mejores amigas quien, debido a la influencia de Joanna, se encuentra sirviendo aquí en el Rancho desde octubre.


Ruth coloreando.

Joel preparado para limpiar dientes durante la caravana.

El equipo de payasos evangelísticos en la caravana con Victor en el fondo.


¡Joanna con dos pequeños “alguien”!

Jamie con un alguien pequeño, también....¡David!

La montañas mexicanas despidiéndose de Joanna....
¡y listas para saludarla de nuevo en el tiempo perfecto del Señor!