Monday, August 3, 2015

El Comienzo de Algo Más Grande

¡Qué gozo es tener otra autora invitada en el blog esta semana! ¡Mi corazón canta al ver los que el Señor ha llamado a México obedecer ese llamado y luego compartir sus obras maravillosas con otros! El blog de hoy tocó mi corazón de manera especial ya que la historia de Joanna me recuerda mucho de mi propia jornada en cuanto al llamado de Dios sobre mi vida hacia México. ¡Qué recompensa y qué enriquecimiento ver la siguiente generación (no siento con suficiente edad para decir eso) de los que el Señor está levantando para Su servicio alrededor del mundo! Ahora, que disfruten leer más acerca de la jornada de fe de Joanna! - Julie Zaragoza

Apenas puedo recordar la primera vez que conocí a Victor y Julie Zaragoza porque era tan chiquita. Los conocí en una pequeña iglesia en el campo, la Iglesia Cristiana Shiloh. Cuando primero los conocí solo tenían a un hijo, Josías. No recuerdo de qué predicó Victor. Me supongo que estaban en la iglesia de mi familia para compartir acerca de su llamado y su sueño para el ministerio. ¡Yo recuerdo haber pensado que Victor hablaba muy rápido y que el hecho de que Julie pudiera hablar dos idiomas era absolutamente increible!

Cuando yo estaba en el segundo año de primaria, en el mes de febrero, mis padres fueron con un grupo de nuestra iglesia para ayudarles a Julie y a Victor a construir una casa donde pudieran adoptar a mas hijos. Mis padres tomaron la decisión de dejarme a mi y a mi hermano mayor en los Estados Unidos durante el viaje, pensando que éramos muy chicos para llevar en un viaje misionero que se iba a concentrar en trabajos de construcción. No obstante, ya de regreso del viaje, mi mamá le dijo a mi papá que para la siguiente vez que regresaran a México, necesitaban llevarme a mi y a mi hermano.

Hasta que estuve en el cuarto grado de la primaria, a los 10 años de edad, hice mi primer viaje a México. Los vuelos se atrasaron y no llegamos al Rancho hasta el día siguiente, cuando vi por primera vez la casa de un solo piso que mis papás habían ayudado a construir en su viaje. En aquel entonces, la casa solo tenía 2 recámaras y los Zaragoza tenían seis hijos (creo). Esa semana lo pasamos paleando arena en cubetas para usar en el trompo al hacer la mezcla para la cimentación del edificio que no formaba parte de la escuela. Durante la semana, me enamoré de la gente del Rancho.

Después de ese viaje, mi familia decidió que Dios nos estaba llamando a México para vivir allí de manera más permanente. (Hay mucho más acerca de esa historia, pero ya me estoy alargando.)

Mi familia hizo un viaje más a Rancho el Refugio durante el verano después de mi sexto año de primaria, cuando yo tenía 12 años. En ese viaje, que también fue con un grupo de nuestra iglesia, ayudamos a construir un muro de retención para que la tierra no se deslavara debajo de la cimentación que habíamos construido dos años anterior. Esta vez, los Zaragoza tenían 11 hijos, una casa de dos pisos y la cimentación que habíamos colado ahora tenía el edificio de la escuela encima.

Cuando tenía 13 años, mis padres vendieron nuestra casa e hicimos el largo viaje a Rancho el Refugio. Allí quedamos 2 años. Durante ese tiempo, fui a mi primera caravana (Campaña Médica Misionera y Evangelística-CMME). Me enamoré de la familia Zaragoza, el país, el idioma, la cultura y la gente allí. Miré con asombro mientras Dios permitió a la familia Zaragoza crecer desde 12 a 18 hijos en ese corto tiempo.

Ahora, tres años y medio después, estoy de vuelta en México. Ya tengo 19 años. Durante la última semana y media, mientras he estado en México, Dios ha estado moviendo en mi corazón y confirmando lo que he sabido desde muy chica. Soy llamada a la obra misionera al sur de la frontera de los Estados Unidos de América. Aunque lo haya ignorado durante algunos años de mi vida, es abundantemente claro, y ya no puedo negar, que si habré de seguir a Jesús, significará vivir en un país que no es mío.

Durante este viaje mas recién, asisití a una caravana (CMME) donde pude trabajar con la Dra. Ely, una ginecóloga. Vi a enfermeras alumnas poner suero y aprendí mucho acerca del lado físico/médico de las caravanas. Mientras estuvimos de caravana, Victor predicó acerca de ser llamado por Dios. Dios me demostró su misericordia y perdón cuando me di cuenta de que casi se me había olvidado cómo se escuchaba Su voz. Dios me dio la vuelta y me apuntó en la dirección correcta sobre Su camino.

Fotos del tiempo de Joanna en México:


Esto es Joanna (del lado izquierdo) con Jamie Musselman, una de sus mejores amigas quien, debido a la influencia de Joanna, se encuentra sirviendo aquí en el Rancho desde octubre.


Ruth coloreando.

Joel preparado para limpiar dientes durante la caravana.

El equipo de payasos evangelísticos en la caravana con Victor en el fondo.


¡Joanna con dos pequeños “alguien”!

Jamie con un alguien pequeño, también....¡David!

La montañas mexicanas despidiéndose de Joanna....
¡y listas para saludarla de nuevo en el tiempo perfecto del Señor!




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