En
los 17 años
en que Victor y yo hemos servido al Señor
juntos, Dios ha proveido de muchas maneras y en muchas situaciones.
Su provisión
varia entre lo poderoso y milagroso a lo pequeño
y tierno, pero de ninguna manera menos poderosa. Pero, su provisión
el día
5 de junio gana primer lugar en nuestra lista de “Maneras Creativas
de Dios para Proveer.”
El
reloj apenas había
llegado a la marca de las 10 p.m. cuando Martha, nuestra hija de 16
años,
¡nos
avisó
que habia tirado, por accidente, su medicina dentro de su cajón
de calcetines! Después
de rogarle y rogarle a la botellita, pudimos sacar las 2 gotitas para
su dosis de esa noche y la gotita para el otro día!
¡Qué
alivio!
El siguiente día, empezé a buscar en mi oficina la receta de Martha para que Victor pudiera ir a comprar la medicina que se había tirado. Mientras movía papeles, me topé con la poliza de seguro para el autobús. Una neurona en mi cerebro prendió y sonó la alarma que recordó que Victor había mencionado que la poliza se iba a vencer en mayo. Así que, tomé el sobre, lo llevé a Victor y sí, la poliza se había vencido seis días antes, el 31 de mayo.
Considerando
que pensábamos
usar el autoús
en menos de 5 días
para llevar el equipo de voluntarios a la caravana en Michoacán,
teníamos
que comprar otra poliza de seguro lo más
pronto posible. ¿El
problema? No teíamos
el dinero para pagar la poliza de más
de $5000 pesos.
Yo
le sugerí
a Victor que simplemente marcara a la aseguradora, mientras que yo
seguía
buscando la receta de Martha. Le comenté
que preguntara acerca de una poliza de 6 meses o aún
algún
arreglo de un mes. Aunque no teníamos
el dinero para el seguro, necesitábamos
el seguro y, cuando necesitas seguro, ¿qué
haces? ¡Llamas
a la aseguradora!
Victor
llamó
a la compañía,
les dio el número
de nuestra poliza y fue informado que nuestra poliza ¡había
sido cancelada por falta de pago! Allí
estaba Victor con el recibo de pago en la mano y le decían
que no habíamos
pagado. De alguna manera, por alguna razón,
el agente que había
hecho la poliza no había
reportado nuestro pago a la compañía
y nos habían
cancelado la poliza. Tecnicamente, ¡habíamos
estado manjando el autobús
todo un año
confiados que estaba asegurado cuando no lo estaba!
Después
de algo de conversación,
la agente al otro lado del teléfono
prometió
investigar la situación
y llamarle a Victor en un rato más.
Yo le mandé
por correo electrónico
la copia de la poliza y el recibo de pago y Victor salió
de la casa para ir por la medicina de Martha y hacer algunos otros
mandados mientras esperaba la llamada de la aseguradora.
Yo
seguí
con mis actividades de esa mañana
cuando, como una hora despues, Victor me llamó
desde
su celular. Exclamó
con mucha emoción:
“¿Adivina
qué?
La agente acaba de llamar. Siguen sin saber muy bien lo que pasó,
pero considerando el hecho de que pagamos por un año
de seguro que realmente no teníamos,
¡nos
ofrecieron un año
de seguro gratis para el autobús!”
¡Nos
reimos y nos reimos! La representante de la compañía
explicó
que, si hubieramos sufrido un accidente durante el año
previo, se hubiera descubierto el error y nos hubieran cubierto. Así
que, tecnicamente no teníamos
seguro, pero si hubiéramos
chocado nos hubieran cubierto, pero como realmente no teníamos
seguro ¡nos
dieron otro año
de seguro gratis! (¿Me
siguieron?)
Victor
se vio que el agente mas tarde ese dia y recogio nuestra poliza por
un ano de seguro gratis para el autobus! En toda la emocion del
seguro se nos olvido un ratito lo de la medicina. Pero, luego, antes
de colgar, Victor siguio diciendo: “Y sabes que paso con la
medicina de Martha? Cuando me iba de la casa para comprarla, venian
llegando dos enfermeras voluntarias de Pescadores de Hombres para
checar el medicamento para la siguiente caravana. Les pregunte que
si sabian que si teniamos ese medicamento en las cajas. Se empezaron
a reir y explicaron que el domingo pasado una hermana de su iglesia
les habia regalado ocho frascos de ese medicamento porque su doctor
se la habia suspendido y que ellas traian el medicamento en sus
manos!” Y, con eso, las enfermeras dieron las botellitas de
medicina a Victor!
Tengo
que admitir que cuando Martha nos dijo que habia tirado su medicina
en sus calcetines la noche anterior, yo estaba bastante irritada.
Pero, tambien tengo que admitir, que al otro dia le tuve que ir a dar
las gracias a Martha por haber tirado su medicina! (Hubieran visto
su cara de confusion cuando le di las gracias!) Debido a su medicina
tirado, yo encontre la poliza vencida de seguro, que nos llevo a un
ano se seguro gratis, y hasta Dios nos dio la medicina gratis de
pilon!
Dios
ciertamente tomo la oportunidad de la medicina derramada para
recordarnos que su provision creativa no tiene limites!
Verdaderamente “sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas
ayudan a bien,” (Romanos
8:28)....aun
la medicina derramada!
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